Puedes mirar bien, gestionar el gas con precisión y conocer la trazada perfecta, pero si tu postura encima de la moto falla, la moto nunca responde como debería. La postura es el puente entre lo que tú quieres hacer y lo que la moto realmente hace: es la base sobre la que se construye todo lo demás.
Cuando un alumno llega a un curso y ajustamos su postura, la diferencia se nota al instante, la moto se vuelve más dócil, él se siente más estable y todo fluye con mucha menos tensión y menos riesgo. En realidad, la postura es la herramienta que hace que la moto trabaje contigo, y no en tu contra.
La postura no tiene que ver con “ir racing” ni con la estética. Es biomecánica pura aplicada a la conducción. La forma en la que te colocas encima de la moto determina cuánto gira y de que manera, cómo recibe tus órdenes, cuánta tensión acumulas y cuánta seguridad sientes cuando la curva se complica.
Una postura correcta te hace sentir estable, ligero y conectado. Notas que la moto apoya mejor, gira con menos esfuerzo y te da margen para corregir si algo no sale perfecto. Una postura incorrecta, en cambio, te vuelve rígido, torpe, inseguro y reactivo. La moto parece más brusca, la dirección se siente pesada y cualquier error se multiplica.
Por eso, cuando hablamos de técnica en moto reacciones de supervivencia, mirada, gestión del gas, la postura es el punto donde todo se une.
Lo primero que enseñamos a los alumnos es que el cuerpo no se sujeta con los brazos. Cuando intentas sujetarte con el manillar, la moto se vuelve ingobernable, la dirección se endurece, tiendes a inclinar mas la moto y acabas peleando con tu moto en cada curva. La estabilidad real viene de las piernas y la cadera.
Cuando te sujetas con las piernas en el depósito de forma firme pero natural y tu cuerpo fluye en cada curva con la moto, los brazos se liberan y la moto empieza a hablar contigo. De repente, la dirección se siente ligera, las irregularidades del asfalto se notan sin asustar y la moto gira con mucha más facilidad, más estable y más rápido.
Los brazos deben ir sueltos, no porque quede bonito, sino porque si están tensos cualquier movimiento en tu cuerpo se transfiere al manillar de la moto, y es una fuente de problemas inagotable. Con brazos rígidos pierdes sensibilidad, no tienes tacto y no dejas que la moto "haga su trabajo". En cuanto los relajas, la moto se mueve con naturalidad y tú recuperas el control.
El torso también juega un papel fundamental. Si vas demasiado atrás o completamente estirado, la moto te “arrastra”. En cambio, cuando adelantas ligeramente el pecho, y atacas la curva utilizando tus hombros como timón, tu centro de gravedad se sitúa donde la moto lo necesita, no es una postura agresiva, es una postura activa. Te coloca preparado para hacer girar la moto sin interferir en sus movimientos, y compensando todas las fuerzas hacia dentro de la curva, ademas de tener mucho mas margen ante un imprevisto.
La cabeza marca el camino. Cuando miras hacia la salida de la curva, tu cuerpo acompaña ese movimiento, el torso rota, la cadera gira y la moto inclina con mucha más fluidez.
Los pies son otro detalle que pocas veces se corrige y que marca una diferencia enorme. Apoyar los pies con los metatarsos en las estriberas, hace que seas mucho mas ágil en cambios de dirección y el pie se mantiene a salvo del asfalto. Con los pies mal colocados pierdes margen y corres un riesgo importante, ya que si por casualidad tu pie se engancha en alguna "grieta o roto" en el asfalto, puede provocar lesiones muy graves.
Por último, la cadera es la que realmente ayuda a que la moto gire. No se trata de colgarse como un piloto de MotoGP, sino de desplazar ligeramente el cuerpo hacia el interior de la curva para acompañar el movimiento de la moto. Es un gesto suave pero muy efectivo, baja tu centro de gravedad, reduce el esfuerzo al girar y hace que la moto trace con más naturalidad, sin obligarte a inclinar de más ni a corregir a última hora.
En la siguiente imagen vamos a ver 3 posturas radicalmente diferentes y analizar cada una de ellas para intentar arrojar un poco de luz sobre las sensaciones y problemas que tendríamos con cada una. Lo primero en lo que me gustaría que nos fijáramos, es que los 3 tienen el mismo angulo de inclinación en la moto, pero estéticamente se ven muy diferentes.
La estética es lo de menos, pero si nos fijamos en el piloto de la derecha, atiende mas a la postura que llevan los pilotos profesionales y no lo hacen así por que quede mejor, si no por que es mas efectivo.
La postura del piloto de la izquierda hace que la moto no gire como debería, esta descompensando los pesos y asumiendo unos riesgos que no tiene sentido, es de los 3, el que menos velocidad en paso por curva tiene, el que mas riesgos de caída esta corriendo y el que, sin duda alguna, peores sensaciones tiene a los mandos de su moto.
El piloto del centro, esta cargando todo su peso mediante la fuerza centrifuga comprimiendo en exceso las suspensiones y estresando el neumático, la rigidez que muestra impide que la moto gire como deba, paso por curva lento, trayectorias que tienden a abrirse y pelea constante con la moto, ademas de muchas menos opciones a la hora de hacer girar la moto de una forma rápida ante cualquier situación de riesgo.
El piloto de la derecha hace girar la moto de una forma mucho mas rápida, mas estable, con menos riesgos y si nos ceñimos a la imagen inicial que estamos valorando, si pudiéramos ver la velocidad que lleva cada uno, seria el triple de rápido que los otros dos. Este punto es clave para explicar el beneficio que tiene una buena postura en moto, ya que quiero que recordéis un dato que os he proporcionado al principio "las 3 motos tienen el mismo angulo de inclinación" y por ende, el mismo "riesgo".
Bien, la primera imagen de la que hemos hablado para ver las 3 posturas, atendería a una misma inclinación, y un beneficio en paso por curva, o dicho de otra forma "mas velocidad con la misma inclinación", pero vamos a verlo desde otro punto de vista, en otra comparación visual.
Y si os digo que con una postura correcta, haces girar la moto de una forma tan efectiva, que a la misma velocidad podrías inclinar menos la moto. ¿te lo crees? Esto es una realidad. Estos tres pilotos que tenemos en la imagen van a la misma velocidad en paso por curva, pero el piloto que esta compensando los pesos de una forma correcta y dejando a la moto "hacer su trabajo", a pesar de ir a la misma velocidad que los otros dos, puede dar la curva con menos riesgo.
Lo que acabamos de ver es teoría, conceptos importantes que hay que saber y entender, pero la postura no se aprende mirando fotos, ni memorizando esquemas. Se aprende sintiéndola encima de la moto. Por eso, en los cursos de conducción con Pit Bike de Spanish Riders trabajamos la postura desde el primer minuto, tanto en zona técnica como en circuito.
En la zona técnica te ayudamos a encontrar tu postura base, cómo posicionar el cuerpo, cómo sujetarte con las piernas, dónde colocar los pies, cómo colocar tus hombros y cómo liberar los brazos. Lo hacemos despacio, sin prisas y con ejercicios pensados para que notes la diferencia de inmediato.
Cuando pasamos al circuito, todo ese trabajo se aplica en curvas reales, frenadas, cambios de dirección y transiciones freno–gas. Ahí es donde sientes cómo la postura correcta hace que la moto entre mejor en la curva, se apoye con más confianza y salga con más estabilidad, sin recurrir a inclinaciones excesivas y "jugarte el tipo". Te damos "ases en la manga" para que puedas sacar la carta ganadora en cualquier momento.
Además, no estás solo, el monitor te corrige en tiempo real mediante intercomunicador, indicándote en qué momento mover el cuerpo, cómo ajustar la postura, qué estás haciendo de más o de menos. Esa corrección instantánea, curva a curva, es la que acelera tu aprendizaje de verdad.
La mayoría de motoristas repite patrones muy similares cuando llegan a un curso:
Se sujetan con los brazos en lugar de con las piernas, van demasiado sentados y atrasados, miran tarde y no rotan el torso, llevan los pies demasiado abiertos o apoyados de cualquier manera y no usan la cadera para ayudar a la moto a girar.
El resultado es siempre el mismo, curvas que se sienten difíciles, sensación de falta de agarre, miedo a inclinar, mucha fatiga física y la sensación de estar constantemente peleando con la moto.
Cuando corregimos la postura, no solo cambia la técnica, cambia la confianza. La moto responde mejor, el piloto se cansa menos y la inseguridad se reduce. La postura correcta te convierte en un piloto más rápido, pero también te convierte en un piloto más estable, más consciente y mucho más seguro.
Lo escuchamos en casi todos los cursos. Cuando el alumno empieza a colocarse bien, a sujetarse con las piernas, a usar la cadera y a relajar los brazos, las frases se repiten: “La moto gira sola”, “voy mucho más suelto”, “ya no me voy largo”, “me siento estable”, “me da menos miedo inclinar”, “todo fluye”.
Y es que la postura no es un detalle más, es la base sobre la que descansa todo tu pilotaje. Cuando la postura está bien, tu percepción de la moto cambia, tu seguridad se multiplica y tu manera de entender las curvas ya no vuelve a ser la misma.
Si quieres trabajar de verdad tu postura, tu mirada y tu gestión del gas en un entorno controlado, puedes hacerlo en nuestros cursos. Reserva tu curso de Pit Bike estándar o si prefieres mas exclusividad, el curso privado en pit bike, donde el monitor se centra únicamente en ti.
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